Manejo de fracturas en primeros auxilios: inmovilización y cuidado inicial

El manejo de fracturas en primeros auxilios es una habilidad esencial para cualquier persona, ya que en situaciones de emergencia puede ser determinante para la salud de alguien. Cuando se sospecha de una fractura, es fundamental actuar con rapidez y precaución para minimizar el dolor y evitar complicaciones mayores, como daños en los nervios, vasos sanguíneos o en los tejidos blandos que rodean el hueso.

Este tipo de lesiones pueden ocurrir en una variedad de circunstancias, desde accidentes deportivos hasta caídas cotidianas. Por ello, conocer los pasos adecuados para la inmovilización y cuidado inicial de una fractura no solo brinda tranquilidad a quien presta ayuda, sino que también garantiza una mejor recuperación para la persona afectada.

Es importante recordar que el manejo de fracturas en primeros auxilios implica más que simplemente inmovilizar el área afectada. También incluye la evaluación del estado general del herido, la identificación del tipo de fractura y la adopción de medidas que aseguren la comodidad y seguridad del paciente mientras llega la asistencia médica profesional.

A continuación, se explican en detalle los aspectos más relevantes del manejo de fracturas en primeros auxilios, incluyendo la identificación de tipos de fracturas, los pasos iniciales a seguir, las técnicas de inmovilización y las precauciones que se deben tener en cuenta para evitar agravar la lesión.

Tipos de fracturas y cómo identificarlas

Existen varios tipos de fracturas que pueden presentarse en diferentes circunstancias y cada una requiere un manejo específico en primeros auxilios. Las fracturas cerradas, también conocidas como simples, no presentan una ruptura en la piel y son menos propensas a infecciones. Por otro lado, las fracturas abiertas, o compuestas, sí rompen la piel y exponen el hueso, lo cual aumenta el riesgo de infección y complicaciones graves.

Para identificar una fractura, se deben observar signos como deformidad evidente, dolor intenso, hinchazón, hematomas y la incapacidad de mover la extremidad afectada. En casos de fracturas abiertas, el hueso puede estar visible. Reconocer correctamente el tipo de fractura ayuda a decidir el manejo de fracturas en primeros auxilios más adecuado, evitando acciones que puedan agravar la lesión.

Pasos iniciales en el manejo de fracturas en primeros auxilios

Los primeros momentos tras una fractura son críticos y requieren un enfoque cuidadoso. Lo primero que se debe hacer es evaluar el entorno para asegurarse de que no existan peligros adicionales, como caídas o riesgos eléctricos. A continuación, se debe tranquilizar a la persona herida y evitar que intente moverse, ya que esto podría empeorar la fractura.

Una vez asegurada la escena, es fundamental llamar a los servicios de emergencia y describir la situación lo más claramente posible. Mientras se espera la llegada de ayuda, se debe inmovilizar la zona afectada usando una férula improvisada o cualquier objeto rígido disponible.

Este es un paso crucial en el manejo de fracturas en primeros auxilios, ya que ayuda a evitar movimientos innecesarios y reduce el dolor del paciente.

Técnicas de inmovilización para distintos tipos de fracturas

La inmovilización es una técnica esencial en el manejo de fracturas en primeros auxilios, ya que estabiliza la fractura y previene daños adicionales. Para una fractura en un brazo o pierna, se puede utilizar una férula fabricada con materiales disponibles, como una tabla, una revista enrollada o incluso una prenda de ropa gruesa.

Se debe colocar la férula sobre la fractura, asegurándose de inmovilizar las articulaciones por encima y por debajo de la lesión.

En caso de una fractura de clavícula, se puede usar un cabestrillo para mantener el brazo en posición y reducir el dolor. Para fracturas en las piernas, es recomendable utilizar una tabla larga o dos objetos rígidos colocados a ambos lados de la pierna.

Es importante no intentar alinear el hueso roto ni aplicar fuerza sobre la fractura, ya que esto puede causar más daño y dolor.

Cuidados adicionales hasta la llegada de ayuda médica

Después de haber inmovilizado correctamente la fractura, es fundamental continuar brindando cuidados adicionales al paciente. Se debe verificar regularmente la circulación en la extremidad afectada, comprobando el color y la temperatura de la piel, así como el pulso distal.

Si la persona presenta signos de shock, como palidez extrema, sudoración fría o respiración rápida, se debe cubrir con una manta y elevar ligeramente las piernas, siempre y cuando no haya sospecha de lesión en la columna vertebral.

Además, se debe mantener al herido en una posición cómoda y asegurarse de que respire adecuadamente. Si la fractura es abierta, se puede cubrir la herida con un paño limpio, sin intentar limpiar la herida ni remover objetos incrustados.

Mantener la calma y hablar con la persona lesionada puede ayudar a reducir la ansiedad mientras llega la ayuda profesional.

Lo que no se debe hacer en el manejo de fracturas en primeros auxilios

En el manejo de fracturas en primeros auxilios, es tan importante saber qué hacer como qué no hacer. No se debe intentar mover a la persona si no es necesario, ya que esto puede agravar la fractura.

También es crucial evitar tratar de alinear un hueso fracturado o empujar fragmentos óseos dentro de la piel, en caso de fracturas abiertas.

Nunca se debe aplicar presión directa sobre una fractura ni intentar quitar objetos incrustados en una herida, ya que esto puede causar hemorragias o infecciones.

Finalmente, es fundamental no administrar alimentos ni bebidas a la persona lesionada, en caso de que necesite cirugía. Estos cuidados ayudarán a evitar complicaciones y a garantizar una mejor atención al paciente hasta que llegue el personal médico.

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